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Otras formas de la música: La Numerofonía

Es un código basado en las matemáticas, en la óptica, en la acústica y en la lingüística, lo que lo hace claro y comprensible para niños de hasta 3 años.

Por Lara Pellegrini. Licenciada en Comunicación Social.

Acaso los pájaros hayan inventado la música, y los ríos y las ranas, y las hojas del viento, esa inconmensurable potencia natural habló antes que nadie y así nació el sonido. Luego, la raza humana y sus clasificaciones y así las escalas, los tonos, semitonos, notas puras y bemoles. El oído es ese que nunca duerme y entiende que cada cosa, lugar, elemento natural y ser vivo emiten vibraciones sonoras. El choque de dos piedras, la pava al fuego, el tren que se aleja, una mosca en la cocina, las teclas de la compu, los huesos de la espalda, el caño de escape, la gotera, el viento de noche, la silla del vecino, el chasquido de los dedos, el portazo, el llanto, el abrazo, la caricia. Todo es sonido, movimiento de onda.

Cuando Sergio Aschero se encontró con la música de los chaguancos comprendió que sí: la música la inventaron los pájaros. Y que había muchas maneras diferentes de hacer música. Los cánticos rituales de aquellos indígenas del noreste argentino no cuadraban con el método de mesura musical tradicional. No encajaban. Sucede que los pájaros poca idea tienen de escalas menores y séptimas disminuidas. Sucede que los chaguancos también. Entonces cantan. Naturalmente, cantan.

«Ahí descubrí que mi supuesta prepotencia formativa fracasaba frente a una música natural, porque mi formación no contemplaba otros modelos musicales que me permitieran escribirla», explica Aschero. La música de los chaguancos no soportaba un pentagrama y de tan sencilla y espontánea no cabía en ningún recoveco siquiera de la inmensa maquinaria musical de Occidente. Una verdad que flaqueaba. «La afinación de un piano estaba muy lejos de los simples cantos y melodías que ellos producían», continúa Aschero. Corría el año 1965 y con tan sólo 20 años supo que quizá era hora de relativizar ciertos saberes. Y lo hizo.

Desde aquel día Aschero dedicó su vida a deconstruir el sistema de notación musical tradicional y crear uno nuevo, distinto, que no suprime ni descalifica, sino que aporta otros modos de aprender. Es músico, compositor y doctor en musicología; se formó como profesional en Argentina, España e Italia y viaja por el mundo -siempre junto a su principal colaboradora y compañera de vida Mirta Karp- difundiendo su método. Lo llamó numerofonía y parece estar cerca de la revolución.

«Es un código que se basa en las ciencias matemáticas (geometría y aritmética), en la óptica, en la acústica y en la lingüística, lo que lo hace muy claro y comprensible hasta para niños desde los tres años de edad. Utiliza colores y formas geométricas para los más pequeños y a medida que van avanzando en edad y en su aprendizaje, el sistema va incluyendo números enteros y fraccionarios, o sea que acompaña al niño en el desarrollo escolar de manera natural», relata Aschero. Forma, color y tamaño son tres variables que cualquier niño, adolescente o adulto maneja. Aschero se encargó de que la representación gráfica de la música esté atravesada por elementos que sean parte ya del universo de sentido humano, aún antes de su aproximación a la escritura musical. El método parece efectivo ya que al fin y al cabo se saltea un paso importante: aprender de cero un código nuevo. La escritura tradicional de la música implica necesariamente combinar significantes y significados hasta el momento desconocidos, es decir, no naturales al mundo cotidiano. Nadie conoce desde pequeño el gráfico que simboliza a una semicorchea, pero sí lo que es un cuadrado o el color azul.

La numerofonía se está aplicando en escuelas públicas y privadas de España y de Italia, con la certificación oficial de los Ministerios de Educación de ambos países. En Portugal se ha creado el Primer Centro Mundial de la Numerofonía con el respaldo de varias entidades oficiales entre las que se encuentra el Departamento de Matemáticas de la Universidad de Porto, la Asociación Portuguesa de Matemáticas, la Orquesta Juvenil de Gaia y el Ministerio de Educación de Portugal. En la ciudad de Salto (Uruguay) se ha inaugurado el Centro Latinoamericano de la Numerofonía de Aschero. A su vez, el sistema ha sido reconocido por importantes personalidades como Daniel Baremboim, Rodolfo Mederos, Leda Valladares, Darius Milhaud, Luigi Nono, Los Virtuosos de Moscú y el astrofísico Stephen Hawking, entre otros.

Lee la nota completa en la edición Nº 14 de Aptus Propuestas Educativas.