Aptus | Noticias de educación, cultura, arte, formación y capacitación

Entrevista: Felipe Pigna

En dialogo con Aptus, el historiador, docente y comunicador, nos cuenta cómo es, y cómo fue modificándose en el tiempo, el vínculo entre los alumnos y la historia.

Felipe Pigna, el historiador, docente y comunicador nacido en Mercedes, visitó Rosario en el mes de octubre para presentar el libro “Evita, jirones de su vida” en la Biblioteca Argentina “Dr. Juan Álvarez”. La primer biografía de Pigna muestra a Eva Perón en toda su complejidad, con abundante documentación y testimonios.

Luego de la presentación, Aptus Propuestas Educativas dialogó con él, quien desde su experiencia padagógica como docente y sus recuerdos como estudiante nos cuenta cómo es, y cómo fue modificándose en el tiempo, el vínculo entre los alumnos y la historia.

¿Cuáles son los personajes o los períodos que más cautivan a los estudiantes?

Hay distintos momentos, pero evidentemente un período que les interesa mucho es el peronismo y también la dictadura, o la etapa de los ´70 previa a la dictadura. La formación de las guerrillas, la violencia en aquel contexto y cómo fue, es un tema que no terminan de entender. Hacen preguntas muy interesantes que no tienen nada de obvio y que tienen que ver con su experiencia de vida, que es muy diferente a la que tiene mi generación, la generación del ´70. Por ejemplo, porqué el pueblo no reaccionaba o porqué se dejó hacer lo que se dejó hacer. Para mí son muy atendibles y son disparadores muy importantes para explicarle a los chicos. A veces pasa que hay gente que actúa con cierta soberbia frente a los chicos y es una pérdida importante porque ahí es donde se retrae frente a esa descalificación que todavía sigue siendo tan fuerte de parte de los adultos hacia los adolescentes. Ante todo se los discrimina o se los califica… de drogones, de cibernéticos, de nerds y recién después, si hay lugar, viene todo lo demás. Entonces si uno parte de una falta de respeto, tampoco puede pretender que del otro lado haya respeto. Esa es una palabra que siempre está en juego en el ámbito educativo, sin medir la ausencia de respeto que hay hacia el chico como sujeto, y este desconocimiento por parte de algunos docentes de que están frente a treinta individualidades.

Dentro de su historia personal como estudiante ¿Hubo algún hecho o incluso algún docente que lo determinara para elegir esta profesión?

Las dos cosas. En cuanto a los hechos, tiene que ver con que a mí me atravesó la historia en la escuela secundaria, porque yo entré en 1972 con Lanusse y me fui con Videla. En el año ´73, estaba en segundo año, con 14 años y se vivía una época de gran efervescencia en mi escuela, el Nacional N°6 Manuel Belgrano, que fue la primera que se tomó en todo el país. Había muchísimo activismo y discusión; y las clases de historia eran encuentros muy interesantes ya sea que el profesor fuera, como decíamos nosotros “piola” o reaccionario. Daba igual porque significaba que uno se paraba para opinar, para discutir y evidentemente eso me disparó a la lectura por fuera de la recomendada, que pasaba por gente del marxismo más duro, al peronismo revisionista, como Abelardo Ramos, Arturo Jauretche y otros pensadores.
Y además tuve una profesora que me decidió absolutamente a estudiar historia, que fue mi profesora de 5° año, Elvira Giacometti. Una gran profesora que tuve en el año 1976, que empezó con el golpe. Esta profesora, en ese contexto tan desfavorable, tan complicado hacia todo lo posible para que pensemos cuidándose y cuidándonos. Y me dejó muy claro que la historia podía servir para mucho. Le debo mucho a ella y siempre la recuerdo.

Lo escuchamos hablar de “Historia incompleta” e “Historia miope” ¿Qué tan conocedores somos los argentinos de nuestra historia?

Es relativo, porque las generaciones que tienen más de cuarenta años, han sido educadas en una escuela donde el debate prácticamente no existió, dónde era univoco, la historia era incompleta y estaba basada en la historia del poder, dónde el pueblo siempre era una masa informe y la historia era la de los personajes o de las obras publicas de cada gobierno. Entonces la gente huía despavorida, y me incluyo. Era una materia que en principio espantaba… fechas, batallas, y cosas que no tenían ninguna conexión con el presente, como decíamos antes, con algo que te pase a vos. Entonces es entendible que mucha gente tenga un déficit importante en lo que es la historia, aunque ha habido un crecimiento en el interés bastante fuerte en los últimos años.

Lee la nota completa en la edición N°14 de Aptus Propuestas Educativas.