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Ejercicios de memoria para ejercitar la mente

La vista, el olfato, el tacto y el oído perciben información del medio a través del entorno. Al estar realmente presente y conectado con la realidad actual del instante podés estimular tu memoria

La tecnología hace que nuestra vida sea más cómoda en ciertos sentidos, sin embargo, un exceso de comodidad puede afectar de manera negativa a nuestra memoria. Es decir, así como una persona necesita ejercitar su cuerpo por medio del ejercicio físico y el deporte, también debe cuidar su memoria. Este hecho es importante a cualquier edad. Existen rutinas sencillas que podemos ejercitar para poner en práctica este objetivo. A continuación van algunas ideas.

1. Números de teléfono: En lugar de buscar cómodamente en la agenda del teléfono cuál es el número de la persona con la que querés contactar, intentá aprender de memoria un mínimo de cinco números que utilizás habitualmente para, a partir de ahora, marcar esos datos. Hace no tanto tiempo, tu vida transcurría con total normalidad en lo esencial, a pesar de no tener un teléfono móvil con una agenda automática.

Es probable que hayas tomado conciencia de lo importante que es ejercitar la memoria si en algún momento se te estropeó el celular y perdiste buena parte de la información de la lista de teléfonos.

2. Repaso del día: Al despedir la jornada, podés activar tu memoria en relación con lo acontecido en esa jornada. Por ejemplo, podés enumerar el nombre de las calles que componen el itinerario que has realizado para volver desde el trabajo hasta casa.

También podés recordar algunos de los locales que se encuentran situados en una de esas calles. Este es solo un ejemplo de ejercicio práctico vinculado con la rutina cotidiana. Pero podés centrar tu atención en un objetivo diferente.

3. Buscá las diferencias: Aquellos juegos en los que dos imágenes que parecen idénticas en apariencia tienen varias diferencias que debés identificar son un buen pasatiempo para ejercitar la memoria visual a corto plazo. Esta es una de las actividades que realizan tanto niños como adultos. La dinámica de este entretenimiento es original y divertida más allá de su sencillez.

4. Juegos: El entretenimiento de un juego se convierte en un excelente estímulo de ocio para activar la mente. Por ejemplo, las cartas, los juegos de mesa, las sopas de letras, las adivinanzas, los puzzles o los crucigramas son ideas que puedes anotar en tu catálogo de propuestas. De este modo, activás tu memoria mientras te divertís de verdad.

5. Memorizá poemas: Algunos poemas, por sus propias características de brevedad y musicalidad, son especialmente propicios para memorizarlos al recitarlos en voz alta. Por ejemplo, aprendé algún poema que te encante de tu poeta preferido. Si el poema es largo puedes acotar la información al campo de la estrofa principal.

6. Contacto con la naturaleza: Desconectá de las tecnologías de manera consciente en ciertos momentos de la rutina cotidiana para disfrutar del placer estético y visual de conectar con un entorno natural que contiene estímulos que apelan de manera directa a tus sentidos.

Es decir, la vista, el olfato, el tacto y el oído perciben información del medio a través del entorno. Al estar realmente presente y conectado con la realidad actual del instante podés estimular tu memoria. Además, también podés escribir una redacción sobre una experiencia de excursión que has disfrutado durante un fin de semana, por ejemplo. De este modo, ponés palabras a tus recuerdos.

Además, también podés improvisar este tipo de plan de manera inesperada en tu rutina convirtiéndote en un turista en tu propia ciudad al acercarte a algún lugar que no conocés tanto como te gustaría. A través del cambio, tu nivel de atención aumenta porque salís fuera de tu zona de confort.

Fuente: formacionyestudios.com
Imagen: t13.cl