Sea por razones laborales, porque se superpone con otras materias o porque no se consiguen plazas, cabe la posibilidad de quedar libre en una materia. En todos estos casos, y aunque no sea lo más conveniente, siempre está la chance de anotarse para rendir el examen final libre.
Si elegís esta opción, estas son las cosas que tenés que tener en cuenta, según el blog Estudiante:
Consultá al docente: a ningún profesor le divierte encontrarse con un estudiante al que jamás le vio el rostro en clase y que éste pretenda saber tanto como aquellos que cursaron la materia clase a case. Es por eso que conviene un par de semanas antes del examen presentarse al profesor y explícale tu situación.
Lo mejor sería tomar al menos un par de clases, para conocer el estilo de docente y ver qué tipo de examen cabe esperar que te tome. También se le pueden pedir consejos para preparar mejor el estudio.
Organizá el tiempo para aprobar la asignatura: si normalmente dedicás una cierta cantidad de tiempo para preparar un examen final (por ejemplo, un mes), dedicá al menos el doble para un examen que rendirás libre.
Conseguí apuntes de clase de alguien que la haya cursado: siempre ayudan a interpretar mejor un tema y a definir qué es lo más importante. No obstante, también hay que leer exhaustivamente todos los libros que hayan entrado en el programa, y si se puede también la bibliografía optativa o de consulta.
Aprendete la materia a fondo: suele ocurrir que aquellos que cursaron la materia y tuvieron un buen desempeño a lo largo del año, tengan el beneficio de que no les pregunten en profundidad. Todo lo contrario con el que rinde libre, y que por no cursar la asignatura deberá demostrar un conocimiento cabal, completo y sólido.
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