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Armar una biblioteca de clásicos

¿Qué libros y autores debe conocer todo estudiante universitario? ¿Qué criterios utilizar a la hora de elegir una buena lectura?

Actualmente se leen libros útiles, ensayos, obras técnicas, libros de historia. Ahora bien, ¿qué hay del gusto por la lectura? Por la lectura placentera, la que se disfruta, la que atrapa con una historia, la que deja la sensación de haber vivido otras vidas.

«No hay un buen universitario sin una buena biblioteca de literatura detrás», afirma el Dr. Alberto Petracca, Secretario Académico de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Y continúa, «la novela cuenta con una libertad que la ciencia no posee: no debe seguir un método. Eso le da la posibilidad de describir ciertas realidades que el método científico no puede».

El desconocimiento es el arma más eficaz para desalentar el interés por la lectura. Un primer entusiasmo puede desvanecerse si no se encuentran o no se conocen libros que valgan la pena. ¿Cómo orientarse? ¿Qué criterios utilizar a la hora de adquirir un volumen? ¿Existe la buena o mala literatura?

Según Séneca que no es preciso tener muchos libros, sino que los que se posean fueran buenos. Por eso, junto a la capacidad de lectura, es preciso desarrollar la capacidad del discernimiento. Dado que el hombre no es inmortal no puede recorrer todos los caminos- y su tiempo es limitado, conviene afinar la puntería al elegir los libros en los que se invertirá el valioso tiempo de la vida.

¿Qué libros valiosos, entonces, debe haber leído un universitario? ¿Con qué criterios elegirlos? La experiencia de buscar un ejemplar que valga la pena en una librería con estanterías llenas puede resultar angustiante y desoladora. Frente a la cantidad de páginas y páginas escritas no hay una jerarquía visible, salvo las publicaciones más
vendidas que no siempre son garantía de calidad.

«Quizás un criterio interesante sea la posibilidad de unir la literatura vinculada con la formación profesional y la literatura en general. Encontrar aquella en la que ambos mundos puedan coincidir. Por ejemplo, La Educación Sentimental de Flaubert es un valioso reflejo del inicio del capitalismo que sirve para entender el mundo de hoy», sostiene el Dr. Alberto Pettraca, Secretario Académico de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). «Hay que encontrar libros para uno mismo. No es posible realizar un listado, salvo que queramos recorrer el registro de las grandes obras de la literatura», sostiene María del Carmen Grillo, licenciada en letras y profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral.

Una opción interesante es dejarse guiar por los suplementos culturales que ofrecen análisis y entrevistas que enriquecen el conocimiento sobre nuevas lecturas. «Antes de adquirir un libro conviene hacer un pequeño trabajo de investigación que amplíe los datos del autor. Esa información pueden encontrarse en las secciones culturales de los diarios de mayor circulación», recomienda Zalba. «A veces, las reseñas de los suplementos culturales, más allá de las reglas del mercado, orientan sobre qué leer y también, especialmente, sobre lo que conviene evitar» , señala Grillo.

Ahora bien, ¿qué aporte realiza la lectura a la vida de las personas? ¿Por qué esmerarse en encontrar páginas que valgan la pena? Claudio Magris, escritor y pensador italiano, en ocasión de la muerte de Borges, escribe «toda la obra de Borges está impregnada por la melancólica conciencia de que la literatura no puede salvar la vida». Y es cierto, quizás la literatura no salva la vida, pero la puebla de sentidos, de nuevas miradas, de reflexiones que, en última instancia, enriquecen el relato de la propia existencia. Y, quizás, ese sea su gran aporte.

Fuente: Universia