Aptus | Noticias de educación, cultura, arte, formación y capacitación

Una escuela para todos

“Para que una escuela pueda ser inclusiva se hace necesario efectuar una tarea previa orientada a la toma de conciencia de la comunidad educativa”, sostiene la Prof. Alicia Ligabue, especialista en Educación Especial

El 14 y 15 de octubre se llevó a cabo el primer Congreso Nacional de Educación y Psicopedagogía en Rosario, organizado por la Facultad de Desarrollo e Investigación Educativos de la Universidad Abierta Interamericana, con el objetivo de generar un espacio de reflexión e interacción entre diversos actores educativos en torno a la inclusión.

Alicia Ligabue, maestra, asistente educacional y directora con más de 30 años de experiencia en el área de la Educación Especial de la Provincia de Buenos Aires, fue una de las disertantes del Congreso, quien abordó la temática de la transformación de las escuelas para su inclusión.

¿Qué aspectos debe incorporar una escuela para ser inclusiva?

Para que una escuela pueda ser inclusiva se hace necesario efectuar una tarea previa orientada a la toma de conciencia de la comunidad educativa. Es imprescindible que todos los actores conceptualicen claramente el cambio de paradigma, qué valores pone en juego, el compromiso que se espera de todos los actores, la necesidad de revisar la historia institucional y su presente y, por último, una mirada crítica sobre las prácticas educativas.

La escuela necesita habilitar canales de comunicación fluidos, capacitaciones conjuntas y reflexiones críticas respecto a los valores, políticas y prácticas institucionales. Deconstruir y construir una nueva escuela capaz de alojar la diversidad respetándola.

La escuela Inclusiva es aquella que recibe a todos, pero no se queda en el acceso solamente, sino que ofrece calidad educativa para todos. Una escuela para todos, todo el tiempo.

¿Considerás que actualmente en Argentina hay una deuda respecto a la inclusión escolar?

En la Argentina hace mucho tiempo que se inició un camino hacia la Integración Escolar.  Fue un recorrido sin planificación previa. Y cuando hablo de planificación, me refiero a la anticipada consideraciónde todos los aspectos que se ponen en juego a la hora de integrar. La anticipación y planificación permiten superar recorridos dolorosos basados en el ensayo-error y desgastes innecesarios.

Faltó decisión en las dos ramas de la enseñanza y fundamentalmente políticas claras para facilitar laintegración.Además, capacitación intensiva para los niveles de supervisión y un trabajo   permanente   en las escuelas con las representaciones sociales de todos los actores institucionales.  Desconocieron que se estaba construyendo otra cultura institucional y no se valoró la complejidad del proceso. Faltó conocimiento, sensibilización y acompañamiento docente.

He escuchado “No estamos preparados”, de norte a sur y de este a oeste. La preparación no aludía al conocimiento de las adaptaciones curriculares.  Se trataba de una preparación como persona y como docente para abordar un hecho inédito en sus vidas y en la vida escolar.

¿Qué rol cumple el docente en el proceso de transformación hacia este nuevo paradigma inclusivo?

El docente tiene la llave para dar acceso a la inclusión escolar. El docente, mediador natural entre el alumno y el currículum, es quien produce la magia para que cualquier contenido, sea adaptado a las necesidades de quien aprende. Por eso la necesidad de revisar la Formación Docente, ofrecer espacios de reflexión, encuentros, intercambios de experiencias y trabajos colaborativos. Capacitaciones en servicio, directivos formados y capaces de acompañar los procesos de transformación.

No obstante, es el maestro el que hoy lleva la inclusión adelante con aciertos y errores y muchas veces con una sobrecarga de angustia por falta de acompañamiento.

Las nuevas tecnologías en el ámbito educativo proponen otra forma de interacción, de percepción, de aprendizaje, ¿cómo deben incorporarse al aula y qué complejidades u obstáculos suponen?

Las nuevas tecnologías son aportes válidos para todos los sujetos de la educación. Las personas con discapacidad las tienen como verdaderos aliados a la hora de aprender. También sobre los maestros cae la responsabilidad de un manejo adecuado de las mismas para hacer del aula un lugar para soñar, como sugería Bleichmar.

Muchas escuelas, por falta de estos elementos que no aporta el Estado, ofrecen a diario una educación pobre, alejada de la realidad social, que no interesa a los alumnos y tampoco le aporta un aprendizaje genuino.

¿Cómo se aborda la diversidad en una escuela moderna que siempre buscó igualar?

La escuela de la Modernidad necesitó igualar: nativos e hijos de inmigrantes todos en el aula. Se estaba construyendo el Estado y el ser nacional.Por eso la escuela de la Modernidad, hoy resistiendo a los cambios de época, no tiene respuestas y se miente a sí misma, produciendo fracaso escolar, repitencia, deserción, problemáticas de aprendizaje irresueltas que persisten en los diferentes niveles de aprendizaje. Una escuela poco atractiva para el alumno, agobiante para el docente quien acusa malestar y sin valoración social.

Hoy, la escuela positivista de la Modernidad, valiosa cuando se creaba el Estado, no responde a las demandas del siglo XXI. Necesitamos otra escuela que acepte la diversidad del alumnado, que la valore y tenga certezas acerca de la riqueza que aporta.

Una escuela que tenga claro que hoy, en las aulas, hay otro sujeto de la educación. Como también es otro el docente, por formación y compromiso con la capacitación permanente y el valor del cambio como aporta dinámico en la tarea docente.

Una escuela que conozca su contexto y responda al mismo con conocimiento y empatía. Que valore a la familia de cada uno de sus alumnos, más allá de sus situaciones de vida. Que comprenda y respete.

Imagen: pexels.com