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LUDLAB: un laboratorio de Universidad Austral para crear apps

Una cátedra de la Universidad Austral creó su propio laboratorio de aplicaciones y realidad virtual, y los alumnos muestran sus creaciones

Creatividad para resolver los problemas de la sociedad, y entretenimiento a través de la realidad virtual (RV) y realidad aumentada (RA). De eso se trata en gran parte LUDLAB: el laboratorio de juegos y experimentación cofundado por Martín Bonadeo e Ignacio Cassol, profesores de las Facultades de Comunicación e Ingeniería de la Universidad Austral bajo la premisa de que las mejores ideas surgen cuando uno se divierte y juega.

LUDLAB organiza anualmente su Demo Day, un espacio para la exposición de todos los proyectos llevados adelante durante el año. En estos días se realizó su segunda edición en el campus de la Austral en Pilar, provincia de Buenos Aires, donde entre otras, se presentó por primera vez Mavek, una aplicación móvil que da voz a personas incapaces de hablar por sí mismas y cuya movilidad se encuentra significativamente reducida.

En 2017 dos alumnos continuarán trabajando en un dispositivo que permitirá a personas cuadripléjicas, o con dificultades severas para la movilidad, poder generar órdenes para desplazarse con autonomía en una silla de ruedas.

Lo que se viene: LUDLAB 2017

Los alumnos Juan Pablo Bastidas (21 años, tercer año de Ingeniería en Informática) e Ignacio Berdiñas (20 años y segundo año de Ingeniería en Informática), seguirán trabajando en el desarrollo de un casco que permitirá a personas cuadripléjicas, o con dificultades severas para la movilidad, poder generar órdenes para desplazarse en sillas de ruedas con autonomía. Estas órdenes serán detectadas por el casco, que captará las señales neuronales y eléctricas del usuario. Por ejemplo, si parpadea dos veces seguidas, indicará a la silla que gire a la derecha.

En la fase actual de desarrollo, Bastidas y Berdiñas se encuentran trabajando en el relevamiento de estas señales eléctricas y neuronales, para almacenarlas en una computadora, y así generar indicaciones.

De cierta forma, este proyecto es una continuación de un desarrollo anterior, a cargo del ahora graduado Pablo Cereltano, en el que a través de un dispositivo con dos receptores, se captaban señales eléctricas de relajación o concentración. A partir de este dispositivo, se desarrolló un juego para el celular: cuando se generan pensamientos de concentración, mediante la realización de cálculos matemáticos, por ejemplo, un barril se calienta hasta que explota. Cuando se generan pensamientos de relajación, en cambio, un honguito va tomando vuelo, y se va cayendo cuando se pierde esa relajación.

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